Por Franco Cerutti
Para muchos televidentes costarricenses, sintonizar Repretel Canal 6 para informarse sobre los acontecimientos del día puede convertirse en una experiencia… peculiar. No es solo el contenido noticioso lo que llama la atención, sino también la forma en que se presenta, marcada por una redundancia que a menudo roza lo exasperante y un elenco de periodistas con estilos tan distintivos que casi se convierten en personajes de una tragicomedia informativa.
La estructura narrativa parece seguir un guion inflexible: la noticia se introduce desde el estudio con un nivel de detalle que, en principio, debería ser suficiente para informar al espectador. Sin embargo, la información parece necesitar una triple o cuádruple validación. Acto seguido, el micrófono pasa al reportero desplazado al lugar de los hechos, quien, con una dedicación encomiable a la repetición, vuelve a narrar los mismos detalles, a menudo con las mismas palabras.
Pero la letanía no termina ahí. La conexión en directo se extiende entonces a la figura de autoridad de turno: el oficial de policía, el paramédico de la Cruz Roja o el bombero. Con un lenguaje llano y coloquial, estos voceros repiten, casi textualmente, lo que ya se ha escuchado en dos ocasiones previas. La sensación que embarga al televidente es la de estar atrapado en un bucle informativo, donde la misma pieza de información se recicla una y otra vez, como si la capacidad de retención del público fuera directamente proporcional al número de repeticiones.
Finalmente, la cereza del pastel de la redundancia llega con las entrevistas a los testigos. En estas interacciones, la labor del periodista a menudo parece inclinarse más hacia la sugestión que hacia la indagación genuina. Las preguntas se formulan de tal manera que parecen dirigir las respuestas hacia el enfoque que el reportero desea destacar, dejando poco espacio para la espontaneidad o perspectivas divergentes.
Pero más allá de esta metodología repetitiva, el ojo observador del espectador comienza a identificar patrones y arquetipos entre los profesionales de la noticia de Repretel. Surgen figuras recurrentes, cada una con un sello particular que los distingue:
• El Logorreico: Este espécimen del periodismo se caracteriza por su incapacidad de sintetizar. Cada detalle, por menor que sea, se convierte en un pretexto para extender la narración hasta el agotamiento del espectador. La misma idea se reformula una y otra vez, adornada con sinónimos y circunloquios, hasta que la esencia original de la noticia se diluye en un mar de palabras.
• El Perdido: La exposición ante las cámaras parece ser una prueba de fuego que este periodista no siempre supera con éxito. Las dudas se reflejan en su rostro, las frases se entrecortan, las ideas se deshilvanan y las confusiones se convierten en un elemento constante de sus intervenciones. La fluidez verbal brilla por su ausencia, dejando al público con la sensación de presenciar un esfuerzo comunicativo más que una transmisión informativa.
• La Predecible: Su aparición en pantalla siempre viene precedida por la misma fórmula de saludo: «Hola que tal, muy buenas tardes…». Esta periodista parece adherirse a un guion estricto, donde incluso la entonación inicial se repite invariablemente. Si bien la cortesía es apreciada, la falta de variación en su presentación la convierte en un personaje fácilmente anticipable.
• La que Sacude el Brazo: A pesar de sus esfuerzos conscientes por mantener la compostura, un tic nervioso traiciona a esta periodista. Su brazo izquierdo parece tener vida propia, marcando el ritmo de sus palabras con movimientos sutiles pero persistentes. Lo que podría pasar desapercibido en una primera instancia, se convierte en un foco de atención inevitable con el paso del tiempo.
• La Sexy: Esta periodista parece invertir una considerable cantidad de tiempo y esfuerzo en su apariencia. Su maquillaje impecable y la elección de labiales llamativos la hacen parecer, en ocasiones, más protagonista de un anuncio de cosméticos que de un segmento informativo. Si bien la pulcritud es apreciada, a veces la atención se desvía del contenido de la noticia hacia el elaborado despliegue estético.
Y estos son solo algunos ejemplos de la rica fauna periodística que puebla las pantallas de Repretel Canal 6. Cada espectador seguramente habrá identificado a otros personajes, con sus propias peculiaridades y manerismos.
En definitiva, informarse a través de Repretel Canal 6 puede ser una experiencia que va más allá de la simple recepción de noticias. Es también una invitación a observar los estilos, las repeticiones y las formas en que la información se construye y se transmite. Quizás, al final del día, el verdadero entretenimiento no resida tanto en los hechos narrados, sino en el particular universo de sus narradores.

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