Por Franco Cerutti
¡Ay, amigos! Aquí estoy, con un nudo en el estómago por esta última movida de los Estados Unidos con los aranceles. La verdad es que me siento frustrado e incluso un poco enojado. Después de tanto esfuerzo por construir una relación comercial sólida, ¿así nos pagan?
Entiendo que los países tienen sus intereses, ¡claro que sí!, pero siento que a veces se olvidan del impacto real que estas decisiones tienen en la gente de a pie, en las empresas que luchan día a día por salir adelante. Aquí en Costa Rica dependemos mucho de nuestras exportaciones, y que de repente nos pongan estas trabas nos complica la vida a muchos.
Me da rabia ver cómo se genera esta incertidumbre. Los exportadores, que son los que se juegan el pellejo para llevar nuestros productos fuera de las fronteras, ahora no saben bien a qué atenerse. ¿Cómo planifican, cómo invierten? Esto genera una inestabilidad que no le hace bien a nadie.
Pero bueno, como ticos, creo que tenemos una vena de resiliencia que nos caracteriza. Me parece bien que el gobierno y las instituciones estén moviéndose para hablar con los estadounidenses y buscar soluciones. ¡Ojalá que los escuchen!
Y también me parece inteligentísimo que estemos abriendo los ojos a otros mercados. Ya era hora de no poner todos los huevos en la misma canasta. Los acuerdos con Ecuador y los Emiratos son una excelente noticia, y ojalá que se concrete pronto lo del CPTPP y los otros negocios que se están buscando.
Al final, creo que esta situación, aunque nos dé cólera y nos preocupe, también nos puede hacer más fuertes. Nos obliga a ser más creativos, a buscar nuevas oportunidades y a valorar aún más lo que producimos aquí. Toca ponernos las pilas, apoyar lo nuestro y demostrar que Costa Rica tiene mucho que ofrecerle al mundo, ¡con o sin aranceles!
¡A ver qué pasa! Estaré atento a las noticias y espero que pronto tengamos buenas nuevas. ¡Pura vida!

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