Por Franco Cerutti
El ventilador gira como si estuviera borracho y la tele transmite la audiencia en diferido con el volumen al 3, porque nadie paga derechos de autor.
Don Chalo, detrás del mostrador, limpia el mismo vaso desde hace media hora.
Doña Mary, en la cocina, grita:
—¡El casado con pechuga ya se me volvió pechuga con casado, apúrense que se enfría!
En la mesa del fondo, la de siempre, están los titulares de la patria chica.
Don Pepito “El Chiquitico”, cronista oficial, con la libreta abierta y la pluma mordida, anuncia con voz de locutor de radio AM que se le fue la frecuencia:
—Señores, ¡noticia bomba! ¡Celso Gamboa y Pecho de Rata ya casi viajan en clase turista rumbo a Texas! ¡Primera vez que Costa Rica exporta magistrados y narcos en el mismo paquete! ¡Es el combo tico!
Don Roderico, que lleva la misma camiseta de la Sele desde el Mundial de Italia 90 (ahora parece un trapo de piso con escudo), levanta la cerveza:
—¿Y qué van a hacer allá? ¿Ponerlos a cantar el himno en inglés? Porque Pecho de Rata, con ese vozarrón, seguro le sale mejor “Sweet Caroline” que “Noble patria”.
Don Filemón, el taxista pirata, que hoy llegó en bus porque el carro está en el taller desde 2019, interviene con la autoridad de quien dice haber llevado a Laura Chinchilla al aeropuerto (y a media selección brasileña del 2002, según la hora):
—Yo los llevo, yo los llevo. Les cobro 300 dólares por cabeza, pero acepto Bitcoin, dólares quemados y hasta cupones de Maxi Palí. Eso sí, los meto en el baúl porque el aire acondicionado no jala y huelen a proceso penal.
Doña Mary sale con el plato humeante y lo planta frente a Roderico:
—Aquí tiene, mijo. Pechuga apanada, como Pecho de Rata cuando lo agarraron: bien empacado y sin salida.
Entra Don Chepe “El Loterito”, vendedor de chances que nadie le compra porque siempre aparece con la noticia más fresca que el mismo Teletica:
—¡Oigan, oigan! Dicen que Celso Gamboa pidió que lo extraditen en primera clase porque “un exmagistrado no puede viajar apretado al lado de un delincuente común”. ¡Y Pecho de Rata le contestó que él viaja feliz en el medio, total, ya está acostumbrado a ir entre dos policías!
Risas generales. El Chiquitico anota en su libreta: “Pecho de Rata, filósofo del pasillo angosto”.
Don Roderico se pone serio de repente, como cuando pierde la Liga 3-0:
—Ahora en serio, ¿ustedes creen que estos dos cantan? Porque si cantan, aquí se arma el karaoke nacional. Imagínense: “¡Yo le presento al señor fulano, que me presentó al otro fulano, que me llevó donde el magistrado…!”
Don Filemón levanta la mano como si pidiera paso en la carretera:
—Yo digo que Celso llega a Texas y pide asilo político. Dice que en Costa Rica lo persiguen por “beligerancia verbal”. Y el juez gringo le pregunta: “¿Beligerancia verbal?” Y Celso: “Sí, hablo mucho mierda, pero con título universitario”.
Doña Mary, sin perder el golpe, vuelve con otro plato:
—Aquí el arroz con pollo para Filemón. El pollo está tan asustado que ya pidió extradición a El Salvador.
El Chiquitico cierra la libreta con solemnidad:
—Señores, esta es la crónica: en el Bar La Sele, Alajuelita, hoy 27 de noviembre del 2025, se certificó que Costa Rica ya no solo exporta café y piña: ahora exporta exmagistrados y narcos con apodo de roedor. Y todo por el mismo precio del pasaje.
Don Chalo, por primera vez en el día, deja de limpiar el vaso y sentencia:
—Y si los devuelven… aquí les tengo mesa reservada. Pero que traigan dólares, que el casado subió.
Todos alzan las Imperiales.
—¡Salud por los extraditables!
—¡Que les vaya bonito… en la cárcel federal!
Y el ventilador sigue girando, borracho, como siempre, como si supiera que mañana habrá otra audiencia, otro chiste y otro casado para todos.

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