Mis queridos y pocos amigos del FaceBook. (Son pocos porque en el mes de octubre pasado el FaceBook, sin aparente motivo, me ha bloqueado y mi antiguo perfil sigue hoy todavía bloqueado. En este nuevo perfil estoy intentando llegar de nuevo a los muchos amigos y seguidores que durante 15 años había logrado tener.

Pero, ahora, voy al grano: el post de hoy.

Le comento que en asunto de uso de servicios sanitarios tengo un estándar mínimo bajo del cual prefiero orinarme en el pantalón.

Debido a mi estado de salud (tranquilidad, estoy bien) y dimensiones “megalíticas” de mi próstata, me encuentro a menudo con la urgente necesidad de vaciar mi vejiga. Y estos son los momentos en los cuales activo mi waze biológico para la búsqueda de un baño lo más cerca posible y que esté dentro de mis estándares mínimos.

Para hacerla breve, ayer durante una visita en el Mercado Central de San José me encontré en uno de estos “apuros”. Mi “mapa” indicaba que lo más cercanos eran los baños del Mc Donalds de la Avenida Central.

A paso expedido me dirigí allá, pero los de Mc Donalds, astutamente, cerraron los baños para que solo los pudieran utilizar los clientes pidiendo las llaves.

Debido al apuro siempre más presionante, decidí devolverme para encontrar “algo” más. Definitivamente, si no quería orinarme encima, no estaba en las condiciones de hacer una fila para comprar algo y pedir las llaves.

Sí, lo más cercanos eran los servicios adentro de Mercado Central y, aunque me horrorizaba la idea de entrar en estos baños seguramente sucios y malolientes, por el mismo motivo por el cual no hice la fila al Ms Donalds, decidí correr el riesgo.

Pagué los 300 colones para la ficha que da derecho a una orinada, subí con gran prisa la escalera y… sorpresa: pocas veces he encontrado baños tan limpios y exentos de males olores en un lugar público. Una limpieza digna de un Hotel de alto nivel.

Deberían algunos restaurantes, Centros Comerciales y supermercados aprender del Mercado Central como se mantienen los servicios sanitarios.

Aprendí también nunca más tener prejuicios. Siempre primero ver y luego juzgar.

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