Por Franco Cerutti

¿Alguna vez te has quedado dormido viendo una película en el sofá y, de repente, te despiertas y la película ha terminado? ¡Yo lo he hecho! Y déjenme decirles, es una experiencia impresionante.
Parece que no importa cuánto tiempo haya durado la película en la realidad, para mí siempre se siente como si hubiera durado sólo cinco minutos. No importa si se trata de una película de dos horas o de una serie completa de televisión, si me duermo, la película termina en un abrir y cerrar de ojos.
¿Cómo es posible que el tiempo vuele tan rápido cuando estás durmiendo? Es como si mi cerebro estuviera haciendo trampa, robando tiempo de mi experiencia de visualización. Tal vez mi cerebro está tratando de ahorrar energía, subconscientemente diciéndome: «Oh, no te preocupes, puedes saltarte esta parte, ya sabes cómo termina».
Pero lo que es aún más sorprendente es cuando me despierto y la película ha terminado. No sólo se siente como si hubiera perdido una enorme cantidad de tiempo, sino que también me siento como si hubiera perdido una parte importante de la trama. Me pregunto si los personajes han resuelto el misterio, si el héroe ha salvado al mundo, o si el amor ha triunfado. A menudo, me pregunto si valió la pena quedarme dormido.
Y luego, por supuesto, está la vergüenza de tener que admitir a tus amigos que te quedaste dormido durante la película. «¿Qué pasó al final?» preguntarán. «Uh…no estoy seguro» dirás con una sonrisa nerviosa, tratando de ocultar la vergüenza de haber sido atrapado dormido en el sofá.
Pero a pesar de todo, creo que me quedaré dormido viendo películas en el sofá. No importa cuánto tiempo dure la película, ni cuánto tiempo dure mi siesta, siempre será una experiencia impresionante. Tal vez algún día mi cerebro aprenderá a respetar el tiempo de las películas, pero hasta entonces, me mantendré en mi estado de sopor viendo películas en el sofá.