Por Franco Cerutti

La sociedad moderna está llena de individuos que se hacen las víctimas de sus propios errores. Ya sea por una mala decisión, un desliz momentáneo o simplemente por pura pereza, hay personas que parecen estar siempre dispuestas a culpar a los demás de sus problemas.
Estos individuos son lo que llamamos «víctimas auto-creadas». Son aquellos que, en lugar de asumir la responsabilidad por sus propias acciones, prefieren echar la culpa a los demás por sus propios errores. En lugar de trabajar en la solución del problema, pasan todo su tiempo quejándose y buscando simpatía.
¿Has conocido a alguien así? Seguro que sí. Son los que siempre tienen una excusa para todo, los que nunca aceptan un error, los que siempre buscan el apoyo y la atención de los demás. ¡Son verdaderos profesionales de la victimización!
Si alguna vez te has topado con uno de estos individuos, sabrás lo frustrante que puede ser tratar con ellos. Nunca tienen la culpa de nada, siempre hay alguien más a quien culpar. Pueden transformar cualquier situación en una tragedia, y lo peor de todo es que parecen disfrutarlo.
Pero, ¿por qué las personas se comportan así? Pues bien, hay muchas razones. A veces, las personas no quieren asumir la responsabilidad por sus errores porque les da miedo ser juzgados o castigados. Otras veces, se sienten impotentes para resolver un problema y prefieren que alguien más lo haga por ellos. Y, en algunos casos, simplemente no quieren esforzarse lo suficiente para resolver un problema.
Lo irónico de todo esto es que, a menudo, estas personas son las que más se quejan de la injusticia y la falta de apoyo en sus vidas. Sin embargo, ellos mismos son los creadores de su propia miseria. Si tan solo pudieran reconocer sus errores y trabajar en la solución del problema, se darían cuenta de que la vida puede ser mucho más fácil y feliz.
Entonces, ¿cómo podemos tratar con las víctimas auto-creadas? Primero, debemos tener paciencia y empatía. A menudo, estas personas se sienten abrumadas y solas, y necesitan saber que alguien las entiende y está dispuesto a ayudarlas. Pero también debemos ser firmes y hacerles saber que deben asumir la responsabilidad por sus propios errores y trabajar en la solución del problema.
En resumen, las víctimas auto-creadas son un fenómeno curioso e irritante de nuestra sociedad. Pero si podemos ser pacientes y ayudarles a reconocer sus propios errores, podemos ayudarles a superar sus problemas y encontrar la felicidad. Y, al mismo tiempo, nos ahorraremos una buena cantidad de quejas y lamentaciones innecesarias.