Por Franco Cerutti

Queridos lectores, hoy les traigo un descubrimiento que cambiará para siempre nuestra forma de ver el mundo. Después de intensas investigaciones y análisis profundos (bueno, más o menos), los científicos han llegado a una conclusión sorprendente: cuando dejas de jugar, no te conviertes en un adulto, ¡te conviertes en un ser apagado!
Sí, han leído bien. Según los expertos en diversión y locura científica, el acto de jugar es esencial para mantenernos vivos, vibrantes y llenos de alegría en este mundo gris y aburrido de los adultos. Cuando dejamos atrás los juguetes, los juegos de mesa y las travesuras, algo trágico ocurre en nuestro interior. Nuestro brillo se desvanece y nuestra esencia juguetona se apaga lentamente, como una luz que ha sido desconectada.
Imagínense un mundo en el que todos somos seres apagados. Sería como vivir en un episodio interminable de «Los Simpson» sin Homero y sus locuras, o en una película de James Bond sin las extravagantes escenas de acción. ¡Sería un desastre total! Sin juegos, sin risas y sin diversión, la vida sería más aburrida que una conferencia sobre la importancia de los informes de impuestos. ¡Qué horror!
Pero no todo está perdido, queridos amigos. Aún hay esperanza para todos nosotros, los seres apagados. Podemos volver a encender esa chispa de diversión y locura que llevamos dentro. Podemos desempolvar los juegos de mesa olvidados, jugar a las escondidas en el supermercado (aunque probablemente te miren raro) o incluso organizar una guerra de globos de agua en pleno verano. ¡Las posibilidades son infinitas!
Debemos recordar que la vida no es solo trabajo y responsabilidades. La vida es para ser vivida con una sonrisa en la cara y una actitud juguetona. La próxima vez que te sientas apagado, simplemente busca una forma de jugar. No importa si es un partido de fútbol improvisado con tus amigos o un juego de cartas con tus abuelos. Lo importante es que encuentres tiempo para reavivar esa llama interior y dejar que tu niño interior se divierta como si no hubiera mañana.
Así que, queridos lectores, la próxima vez que te encuentres aburrido y apagado, recuerda que puedes cambiar eso en un abrir y cerrar de ojos. No dejes que la edad adulta te consuma y te convierta en un ser apagado. ¡Sé valiente, sé juguetón y mantén viva la llama de la diversión!
Y recuerda, ¡nunca subestimes el poder de un buen juego de mesa o una broma bien ejecutada! Después de todo, la risa es la mejor medicina y jugar es el antídoto perfecto para el apagamiento. ¡A jugar se ha dicho, mis amigos!