Por Franco Cerutti

En mi casa tengo una biblioteca con un millar y más de libro, en su gran mayoría comprados por mi padre, que en paz descanse, una buena cantidad por mi madre (también que en paz descanse) y muchos comprados por mi persona.

He tomado la decisión de ya no comprar libro y de volver a leer los que tengo. Confieso que no siempre mantengo mi decisión y de vez en cuando regreso a la casa con un par de nuevos libros. Pero también sigo con la re lecturas de los que tengo. Voy por autor y en este momento estoy leyendo las obras de Piero Chiara. Esta colección la compró mi padre hace más que 60 años y recuerdo haberlos leído hace más de 50 años.

Quiero compartir un párrafo del libro (Viva Migliavacca! E altri 12 racconti) en el cual el autor mete en la boca de uno de sus personajes, una aserción que realmente me ha gustado en su contenido y forma.

“Comer”.

Espero que no se pierda e “jugo” de la misma en el traducirla del italiano:

“…Comer, amigos, parece un simple acto natural, indispensable para el sustento del individuo. En cambio, es algo misterioso e incluso religioso, aunque se trate de pimientos o frijoles. Pensemos en el canibalismo ritual, en los sacrificios, en la Eucaristía. Al comer se entra en comunión con Dios, con el universo. La materia, al comer, se convierte en carne, en sangre y, por tanto, también en intelecto. La comida, además, amigos, es un don y quizá una trampa de dios que sabe a quién llevar a la tentación y a quién liberar de todas las pruebas. A veces da a alguien para salvarlo, otras para perderlo. …”

Espero les haya gustado.